El guardían del viñedo se merecía su propio vino, en una edición especial de 2.333 botellas. Él, con su astucia y sabiduría, protege nuestras tierras altas al pie de los Montes Obarenes.
Allí, en el paraje de Corazabe, traspasando frondosos bosques y caminos sinuosos, entre viñas viejas se encuentra Finca La Esclavitud, una ermita con forma de guardaviñas.
Con sus uvas elaboramos un vino excepcional, profundo, equilibrado y lleno de carácter. Un homenaje a la cueva monástica de tiempos visigóticos donde se respira espiritualidad, naturaleza y vida.